El Vía Crucis

...de las Almas del Purgatorio


I Estación 

   I Estación

Condenan a Jesús a Muerte

   Algunas almas son "castigadas a muerte" en vida, ya que deben padecer la muerte   lenta de una enfermedad.  ¡Ojalá que pudieran estas almas comprender el valor inmenso que tiene el sufrimiento ante los ojos de Dios!      El sufrimiento nos asemeja a Cristo Redentor.   Se puede redimir con el sufrimiento los propios pecados  y los del mundo entero.  Dicho de otra manera: se puede pagar el Purgatorio con ese sufrimiento.   Se puede pagar el Purgatorio en vida...  Y como es tal el valor del sufrimiento, también se puede redimir a las Almas del Purgatorio.  Cristo sufrió por nosotros.   Nosotros podemos sufrir por los demás.

¡Bendito el misterio inmenso del sufrimiento humano!


II Estación

 II  Estación

Jesús carga con la cruz

Las Almas del Purgatorio cargan con la cruz de sus propios pecados.  Comprenden que deben limpiar sus  faltas hasta alcanzar la purificación completa.  En el Cielo no existe ni un ápice de pecado.  Nadie puede entrar con "las manos sucias".  Algunas purificaciones se vuelven   muy largas, al igual que hay enfermedades que requieren mucho tiempo de curación.   Sin embargo, estas almas viven de la "Esperanza"... Esperan...sabiendo que tienen  por premio los Bienes Eternos.  Esperan...que sus hermanos, los hombres que están envueltos en los quehaceres del mundo, las recuerden y les ayuden con sus oraciones y sacrificios a "pagar " pronto la deuda.


III Estación

III  Estación

Jesús  cae bajo el peso de la cruz

Primera "caída" necesaria: Caer de  rodillas, en actitud de  pedir perdón.  ¡Señor perdón, he pecado contra el Cielo y contra Ti!... (LC 15,21).  Igual que el hijo prodigo.  Regresar al Padre y con Humildad, pedir perdón a Dios!

Primer paso necesario para  lograr la purificación: la Humildad.  

El primer pecado, el de Lucifer fue la soberbia.  El antídoto contra la soberbia es la virtud de la Humildad.  Primer requisito...    primera caída necesaria.   Pongamos en practica en vida esta virtud, para que cuando nos llegue el momento estemos entrenados...


IV Estación

IV Estación

Jesús  encuentra a su Santísima Madre

Nuestra Madre visita las Almas del Purgatorio.  Ella cumple lo que promete.  Su visita es como un refrescante refrigerio en medio de tanto sufrimiento.   Las madres siempre están con sus hijos.       María estuvo con su hijo durante su Pasión, durante su Vía Crucis... María no abandona a sus hijos que aun recorren el camino del dolor.  Mensajera, medianera... Salud de los enfermos... Refugio de los pecadores... Consoladora de los Afligidos...

¡Gracias Madre por tu Consuelo!


V Estación

 V Estación

Simón Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz...  Todos nosotros podemos ser cirineos para las Almas del Purgatorio y ayudarles a cargar su cruz ofreciendo sacrificios y oraciones por ellas.

¿Cómo?  Ofreciéndoles los regalos de los Reyes Magos:  Oro, Incienso y mirra.   

  • Oro: Los méritos de Jesucristo, María y los Santos que a través de la Misa y las Indulgencias  son como oro puro.  El regalo más preciado: La Santa Eucaristía. 

  • Incienso:  Sube al Cielo el olor sagrado de la oración, que al quemarse lentamente sobre los carbones encendidos de la Caridad, despiden la exquisita fragancia. 

  • Mirra:  Asociada desde tiempos remotos con  el sufrimiento.    ¿Y qué representa la mirra para las Almas del Purgatorio?  Un regalo muy preciado... nuestros sufrimientos, nuestras penas, nuestros trabajos, angustias dolores!...  Ofrecidos  por amor...por ellas.


VI Estación

VI Estación

Una piadosa mujer limpia el rostro de Jesús

El detalle de amor que tuvo esta  mujer con Jesús le valió el premio de poseer sus rasgos . Cada vez que obramos con caridad para las Almas del Purgatorio -que están  viviendo su propio Vía Crucis-, el  Señor por premio imprime sus rasgos en nuestra alma...para que poco a poco vayamos asemejándonos a El... pues en el Cielo solo entra el que se parece a Cristo.


VII Estación

VII Estación

Jesús cae por segunda vez

Segunda "caída"... necesaria.  Nuevamente, de   rodillas..., esta vez pidiendo perdón por haber faltado a la caridad con el prójimo!. Son tantos los pecados contra la caridad...la falta de caridad!.  Cuanto más se van adentrando estas almas  en su purificación, tanto más comprenden  con mayor profundidad los alcances que tuvieron sus faltas de caridad...y eso, les produce un dolor inmenso.   Dolor necesario...  Dolor purificador...!      Y los pecados contra la caridad son de los que más  purificación necesitan, puesto que ya estabamos advertidos por el mismo San Pablo  varias veces ...

  • "...si no tengo caridad, soy como bronce que suena o cimbalo que retiñe."

  • "...si no tengo caridad, nada soy."

  • "...si no tengo caridad, nada me aprovecha."

"Ahora vemos en un espejo, en enigma.  Entonces veremos cara a cara.  Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido."

"Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres.   Pero la mayor de todas ellas es la caridad."  (1Cor: 13)

¿¿¿Qué más se puede agregar a esto???


VIII Estación

VIII Estación

Jesús consuela a las hijas de Jerusalén

Las hijas de Jerusalén son como las almas buenas que lloran por los difuntos.  Y las Almas del Purgatorio las animan a no desperdiciar el tiempo en lamentos inútiles, en cambio las invitan a transformar su llanto en acciones positivas : en llanto de arrepentimiento por sus pecados y los de sus hijos; que purifiquen sus corazones de antemano para evitar tener que pasar por ese martirio.  ¡Realizar el Purgatorio...en vida!


IX Estación

IX Estación

Jesús cae por tercera vez

Con una claridad  adquirida por la perfección, las almas pueden conocer en plenitud sus faltas de omisión.  Tercera "caída" necesaria.   "...Todo lo que pude haber hecho y no hice...Tantas cosas que si yo hubiera hecho el mundo habría sido mejor para todos."

Esa miopía espiritual  que acompañó a esa alma durante su vida terrena, ahora se convierte en una maravillosa perspectiva...en la que se mira  "con lujo de detalles" lo que pudo haber sido y no fue, causándole un arrepentimiento profundo.

Pecados de omisión...aquí se encuentran la mayoría de las faltas cometidas.

Otra vez...cae de  rodillas!  "Perdón Señor por todo el bien que deje de hacer...Perdón Señor!...por mi culpa muchas almas no se acercaron a Ti!...por mi culpa, muchas almas  no llegaran a salvarse!


X Estación

X Estación

Jesús se ve desnudado de sus vestiduras.

El Señor lo dejo todo, hasta lo poco que tenia...

Todo el "equipaje psicológico" que se vino ..., esta estorbando.  Muchos apegos,  prejuicios, recuerdos dañinos... Todo aquello que se debía haber resuelto en vida, se vino a resolver al  Purgatorio .  Son como ataduras, que no  dejan el alma libre para elevar su vuelo al Paraíso.  Nada de eso puede traer beneficio.    Es lastre para el espíritu.  Pero hasta que el alma este plenamente convencida...puede dejarlo.  Es un proceso, que puede empezar en vida, o si no,  el día que dejemos este mundo nos iremos con los "vestidos " que en ese momento llevamos puestos.

¡Desnuda mi alma Señor de cualquier apego terreno para volar libremente a tu presencia cuando me llames!


XI Estación

XI  Estación

Jesús es clavado en la cruz

Jesús dice:  "Pueblo mío   ¿Qué te hice o en qué te he ofendido?  ¡Respóndeme!  (Miq. 6,3).

Las Almas del Purgatorio dicen: ¡Dios mío!  Porque te he ofendido... ¡Perdóname!   Y abren sus brazos para fundirse en la cruz del sufrimiento...   ¡voluntariamente!.

El Señor amó la cruz.  ¡Ama la Cruz!...porque sabe que es signo de Redención, aunque ello implique  un terrible sufrimiento.  Y para las Almas del Purgatorio es signo de liberación, aunque ello implique un doloroso sufrimiento.   Doloroso,  para poder purificar su alma.

Pero, sin ese sufrimiento, sin esa cruz,  no serían dignas de entrar en la presencia de Dios.

Nosotros podemos amar la cruz de cada día y comprender en su profundidad, que representa...¡perfeccionamiento en vida!.  Podemos cada día crucificar nuestro yo junto a Jesús, para lograr  por sus méritos  -no los nuestros- morir al  pecado.


XII Estación

XII  Estación

Jesús muere en la cruz

Ellas, al igual que Jesús, tienen su agonía en el Golgota !.  Y-pienso en voz alta- que el lugar de las crucifixiones no podía ser un jardín...    ¡posiblemente era un basurero!.  La comparación es muy exacta, las Almas del Purgatorio deben deshacerse de la basura  -poca o mucha- que entró por los sentidos y formó una costra gruesa.  Eso conlleva a una "muerte lenta", porque a fuego lento se queman los residuos de soberbia y de impureza...   ¡hasta no dejar nada!.   Las cremaciones...se realizan a fuego lento.

No permitamos a nuestra soberbia, a nuestros instintos   ...¡almacenar!  en nuestras almas todo lo que desean, puesto que, se muere al pecado hasta que todos los actos, si,  ¡todos! hayan quedado purificados.

...si tu ojo es motivo de pecado, sácatelo.  Mas vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios, que con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga, pues todos han de ser purificados con fuego. (Mc 9,47)

 


XIII Estación

XIII  Estación

Desclavan a Jesús y lo entregan a su Madre

María viene al encuentro de las Almas que han muerto al pecado.  Su purificación ha sido completa.  Su entrega : ¡total!, al igual que su amado   Jesús.

Y esta madre Consoladora de los afligidos sostiene en sus brazos el alma adolorida, pero ¡gozosa!, cansada... ¡pero libre! para  escoltarla por la puerta grande de los triunfadores. 


XIV Estación

  XIV Estación

Dan sepultura al cuerpo de Jesús

En las aguas del Bautismo fuimos sumergidos para entrar a la gracia.  En las aguas medicinales  de la purificación se sumergen   las Almas del Purgatorio, antes de  entrar en el Paraíso.    Sepultura que da vida.  Sepultura que no corrompe sino purifica.   ¡Bendita sepultura!

Ayúdame Señor a sepultar en vida  , mis pecados, mis apegos desordenados y todo aquello  que me aleje de Ti. 


 

¡ Benditas aguas que dan la Vida !